El bote de canicas

En Sillares todo el mundo sabe que las mujeres de la granja que hay a las afueras llevan años sin pisar el pueblo. Todos menos Miguel. Cuando la crisis económica golpea y no puede continuar con sus estudios, vuelve a la granja, al pueblo, al movimiento de visillos, a las siluetas tras los miradores, a las murmuraciones, a los secretos.

Porque allí todo el mundo oculta algo: don Luis —-el médico—-, Jacobo —-su amigo de infancia y eterno rival-—, Noelia —-por quien comienza a sentir algo-—, y, por supuesto, su madre y su abuela.

Chiva, pie, tute y gua. Como en una partida de canicas, Miguel irá descubriendo los secretos que pesan sobre su familia y se verá golpeado por los suyos, cada vez más atosigantes, hasta darse cuenta de que únicamente liberándose de su carga, podrán vivir y afrontar el futuro.